La singularidad que la Internet adquiere delante del resto de los medios lleva a la gente a elegirla junto con, y no en lugar de otras opciones de comunicación. La amalgama de la red con los medios convencionales, está lejos de realizarse. En vez de ello la Internet está moldeando nuevos hábitos en el aprovechamiento de los medios.
Por lo general los usuarios de la Internet han sido más activos que el resto de la población en el consumo de medios. Esa ha sido al menos la experiencia que se ha registrado entre los usuarios en Estados Unidos que hace cinco años constituían 75% de los internautas en todo el mundo y ahora son cerca de 35%. El auge de la red en ese país, sus raíces en el universo de la academia y luego su paso al ámbito comercial, permitieron que el comportamiento de sus usuarios fuese registrado desde los primeros momentos. Actualmente la gran mayoría de los estudios acerca de la gente en y respecto de la Internet siguen realizándose en Estados Unidos y de allí es la mayor parte de las fuentes de investigación disponibles. En la Universidad de California, en Los Ángeles, el Centro para Política de Comunicación realiza una encuesta sobre hábitos de los internautas estadounidenses que ha confirmado que el consumo de medios suele ser más alto entre los usuarios de la red que entre quienes no lo son. Pero además esa investigación ha encontrado que paulatinamente, el uso de la Internet está quitándole seguidores a la televisión.
Los usuarios de Internet leen más libros y publicaciones impresas, dedican más tiempo a los videojuegos, escuchan más música y radio e incluso hablan más por teléfono aunque sea con diferencias pequeñas que quienes no son navegantes de la red. Sin embargo unos y otros miran la televisión en las mismas proporciones (gráfica 1).
También hay diferencias entre quienes son usuarios experimentados y aquellos que recientemente se incorporaron al empleo de la Internet. Los primeros acompañan el uso de la red con otros medios en mayor medida que quienes tienen una antigüedad más reducida como cibernautas. Casi cinco de cada diez usuarios con cinco o más años de estar en la Internet escucha música mientras navega por las redes. Más de 30% mira la televisión al mismo tiempo que está delante de la computadora conectada a la Internet (gráfica 2).
Incluso cada vez más usuarios de la red, viejos o nuevos, consulta medios electrónicos a través de la Internet. Distintas actividades de información y entretenimiento que antes se hacían directamente en el formato tradicional de cada medio ahora se hacen en la red. La encuesta de la UCLA encontró que en promedio los internautas estadounidenses dedican casi una hora semanal a escuchar música en línea, casi tres cuartos de hora a participar en juegos en línea y menos tiempo a leer, oír radio o incluso mirar televisión en sitios Web (gráfica 3).
Entre quienes usan la Internet y aquellos que se mantienen apartados de ese recurso hay diferencias apreciables en la atención que dedican a los medios convencionales. Los internautas consagran menos tiempo a leer libros, revistas o periódicos que aquellos que no se conectan a la red. Incluso invierten menos tiempo en escuchar la radio o hablar por teléfono. Es decir, si bien crece el consumo de contenidos mediáticos difundidos a través de la Internet, el tiempo que los internautas destinan a los medios convencionales se va reduciendo. Solamente en un rubro, el empleo de videojuegos y compujuegos, los usuarios de Internet gastan más tiempo que los no usuarios. El gran contraste se encuentra en la sintonía de televisión. Los internautas dedican, en promedio, 12.3 horas semanales a mirar la TV en tanto que quienes no emplean la red destinan 16 horas y media a la televisión.
Así que la Internet sí compite con los medios tradicionales en el plano que más inquieta a la industria de la comunicación: en la disputa por las audiencias. El hecho de que los usuarios de la red destinen a mirar televisión casi una cuarta parte menos del tiempo que los no internautas destinan a ese medio seguramente comenzará a preocupar a las empresas televisivas. Lejos de unirse en un solo formato como se ha llegado a sugerir, la televisión y la Internet tienen planos y funciones distintas. Pero como el tiempo que los consumidores pueden destinar a su ocio mediático es limitado y en la red encuentran contenidos que en ocasiones están restringidos o encubiertos en los medios tradicionales, ya comienzan a quitarle horas a la TV, la radio y la prensa para ocuparlos en la cibernavegación.